Después de un invierno con unas temperaturas y precipitaciones normales para la DOCa Rioja, el año estuvo marcado por las altas temperaturas en primavera y verano, y por la ausencia de lluvias en los momentos más peligroso para el viñedo. A consecuencia de estos factores el estado sanitario de las vides fue muy bueno pero hubo un adelanto medio de tres semanas en la vendimia. Como resultado, el año fue calificado muy bueno en la zona con el único inconveniente de no llegar a una madurez total. Por ello, los vinos de esta añada son típicamente riojanos con algo más de graduación y un buen equilibrio entre acidez y maduración.
Atractivo color cardenal oscuro con notables tonos violáceos, aromas de fruta roja fresca como frambuesa y zarzamora y
florales de violeta, con sutiles mentolados de eucalipto, entre especiados de pimienta blanca, moderados de regaliz de palo y recuerdos de minerales y arcillosos, recuerdos de la tierra y de su crianza en barrica de roble francés y americano de tostados
ligeros. Una boca amplia,
elegante y suave, con una buena acidez que surge tras las sensaciones
frutales y de tostados
finos, con una agradable y larga sensación final.
Maridaje
Carnes blancas con salsa, Carnes rojas asadas, Quesos de cabra, Embutidos, Estofados